Nada mejor que acompañar el primer vino del mediodía con una buena Gilda. Seguramente el pintxo más sencillo y a la vez el pintxo más necesario para acompañar el primer trago sin tener el estomago vacío.
La Gilda crea adicción, quizás no puedas comerte una sola, no importa, dos, tres...las gildas están para comérselas.
Una guindilla, una anchoa, una aceituna, y los tres ingredientes atravesados por un palillo.
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