Seguramente os extrañe que los bilbaínos tengamos nuestra propia agua, pues así es, tenemos nuestra Agua de Bilbao, de Bilbao de toda la vida, y es que nosotros, al champán, lo llamamos Agua de Bilbao.
Dicen las crónicas bilbaínas que el nombre salió a relucir en una cena de bilbaínos en Donosti, que tras de ver ganar al Athletic y después de cenar como leones, le pidieron al camarero, sin mala fe, Agua de Bilbao.
El camarero les llevó agua de Soláres y Lanjarón…después de las risotadas, le explicaron al camarero que en Bilbao se bebía el champán como si fuera agua, y que por eso le llamaban Agua de Bilbao.
Que rica. La tome en mi ultimo viaje. Y asi es desde que lo aprendi en 1960.
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